Es una técnica de imagen usada para obtener imágenes en tiempo real de las estructuras internas de los pacientes mediante el uso de un fluoroscopio el que consiste en una fuente de rayos X y una pantalla fluorescente entre las que se sitúa al paciente.
Esta toma de imágenes expone una parte del cuerpo a una dosis de radiación ionizante para generar las imágenes de los órganos interiores. Sin embargo, no es un procedimiento invasivo y es ambulatorio, tomando alrededor de 30 minutos.