¿Existe el estrés de fin de año?

03/11/2014

Cada cierre de ciclo o etapa produce tensión, ansias y cansancio acumulado en el ser humano. Todos estos síntomas no son más que la sumatoria del denominado estrés, que en esta etapa del año comienza a aparecer por diversas razones.

Cuando sólo quedan 2 meses para cerrar el año, las empresas comienzan a realizar sus balances de desempeño; en sus casas, cada familia organiza las fiestas de fin de año con sus respectivos regalos; y en su defecto llega el periodo de vacaciones, que deben comenzar a ser planificadas con el objetivo de realizar las reservas correspondientes.

Además del contexto, no podemos dejar de lado las penas, rabias y decepciones que hemos sufrido durante el transcurso del año, lo cual nos lleva a recordar el dramatismo de aquellas situaciones, que mezcladas con el cierre de año, ciclo o etapa nos altera emocional, psicológica y físicamente. Por consecuencia, ocurre una descomposición total de nuestros ánimos y energías.

Este episodio es llamado Fase de Agotamiento, dentro de lo que es el Síndrome General de Adaptación del Estrés. Y tiene directa relación con una especie de acumulación de tensión por lo ocurrido a principio o durante el año. Es decir, un problema o situación que al inicio del año analizábamos con más calma, ahora podría alterarte mucho más si no has encontrado una solución.

¿Pero qué es el estrés?

Técnicamente, el estrés es definido por especialistas de la salud, como un estado de activación emocional del organismo que genera estado de alerta o tensión constante en el individuo. El resultado tiene directa relación con el deterioro de nuestro organismo en todos los aspectos, como mencionamos anteriormente.

Por ejemplo, los diabéticos tienden a producir menos insulina cuando hay un nivel de estrés, por lo tanto existen mayores probabilidades de provocar un malfuncionamiento en el páncreas, induciendo un coma diabetico que lo podría conducir a la muerte. Una persona con hipertensión puede aumentar su presión y sufrir riesgos cardiovasculares que lo conduzcan a un infarto.

Si a estos dos ejemplos de persona sumamos que padecen obesidad, tenemos las perfectas condiciones para que esta descontrole su organismo si se ve involucrada en un asunto personal que aún no resuelve. Es decir, será incapaz de tolerar el nivel de estrés.

Por eso son importantes las vacaciones, feriados largos y fines de semana, en los que se debe aprovechar al máximo el descanso y en lo posible, desconectarse de todo lo que involucra trabajo, problemas familiares o de amistad, por ejemplo. 

También son bastante útiles algunos momentos de movilidad física para distraerse en el trabajo. Ya que cuando haces ejercicio, el cuerpo motiva a la distracción y luego se relaja, como cuando sales a trotar y luego vuelves por una ducha. En Chile el ocio es criticado, pero es necesario en su justa medida para el bienestar corporal.

Ahora, nuestra actitud frente a un problema es primordial, ya que el 50% de este se compone de cómo yo decido vivirlo. Es decir, como seres humanos autónomos, tenemos el poder de elegir si nos vamos a amargar completamente o bien, adoptar una postura responsable para buscar una solución. O mejor aún, ¡quizás la solución no depende de nosotros, simplemente!

Lo sí debemos tener en cuenta es que no debemos dejar las cosas pendientes, porque esto nos lleva a aumentar el nivel de estrés y agotamiento.

No dejes para mañana lo que puedes finalizar o concretar hoy

Una manera muy simple de evitar el estrés y la tensión de fin de año es tener una agenda. En ella puedes organizar todos los propósitos que deseas cumplir en el transcurso del año: desde los problemas con tu pareja y amistades, hasta compromisos y nuevos proyectos en el trabajo.

La gente se pasa la vida corriendo para tomar el metro, la micro o un taxi para llegar a los lugares lo menos atrasado posible, pero si se organizaran con anticipación, quizás los indices de pacientes con colon irritable disminuirían y las consultas de los psicólogos no estarían tan llenas.

Organizarse no es sinónimo de “perdedores”, todo lo contrario, es poder disfrutar de la vida para hacer lo que nos gusta con alegría y amor, no con cansancio acumulado y el cuerpo hecho trizas. Aunque es cierto, a nadie se puede obligar cómo vivir la vida, pero usted tiene libre albedrío de elegir si quiere continuar dependiendo de una pastilla para tener energías y levantarse, más una para dormir o disfrutarla organizándose con quienes y lo que realmente le importa.