Equipo SaludActual
Las vellosidades del intestino delgado carecen de la enzima sacarasa, lo que provoca que el azúcar consumido llegue al intestino grueso sin ser digerido, ahí fermenta y puede provocar diversas dolencias intestinales graves.
La intolerancia a la sacarosa es una enfermedad poco común, tan atípica que puede ser de difícil diagnóstico, ya que los síntomas pueden asociarse a otras enfermedades, como la enfermedad celíaca, intolerancia a la lactosa, entre otras alteraciones del tracto gastrointestinal.
Esta patología también llamada deficiencia de sacarasa-isomaltasa, hace que la enzima sacarasa no sea procesada por el intestino delgado.
Al no ser metabolizada la composición de este disacárido de base glucosa-fructosa, se acumula en las paredes del intestino impidiendo que los aportes del azúcar no lleguen a la sangre.
Este complejo enzimático (sacarasa-isomaltasa) al ser deficiente para descomponer la sacarosa, los cristales del azúcar llegan intactos al intestino grueso y colon, así las bacterias allí existentes hacen que ésta fermente, y si esto no se puede absorber, provoca diarrea.
La intolerancia a la sacarosa puede provocar síntomas como:
Para no confundir esta enfermedad con otras que se manifiestan de igual forma es preciso que el médico realice una biopsia intestinal. Tomará una muestra de las vellosidades intestinales para verificar la cantidad de enzima sacarasa presente.
Al tratarse de un déficit congénito de la enzima sacarasa la enfermedad puede evidenciarse al consumir papillas de cereales, en el caso de los bebés este proceso comienza a partir de los 8 meses.
El tratamiento para los intolerantes a la sacarosa, para estos casos siempre debe ser consultado con un médico especialista, según la edad y características del paciente, ya que en el caso de los niños, los requerimientos de su organismo deben asegurar un impecable desarrollo físico y nutricional.
De igual forma se debe comprender que la ingesta de sacarosa (azúcar común) y almidón debe ser restringida, pero la mayor dificultad para los intolerantes a la sacarosa, está en poder identificar la presencia de esto en otros alimentos como las frutas, verduras, pan y embutidos.
Por Anarella Palma
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