Nadia Flores
Equipo periodístico
Saludactual.cl
Una adecuada higiene bucodental puede prevenir diversos padecimientos molestos y dolorosos.
La limpieza dental profesional, también llamada profilaxis dental consiste en “una limpieza mecánica de los dientes y del tejido alrededor, mucho más allá de lo que las personas puedan lograr.” (Vía Clínica Inca). Este procedimiento posee gran importancia para una adecuada salud bucal, debido a que ayuda a prevenir la aparición enfermedades relacionadas con una mala higiene y remover manchas presentes en los dientes.
Una adecuada higiene bucodental puede prevenir diversos padecimientos molestos y dolorosos, como la enfermedad periodontal: periodontitis, enfermedad que involucra a los tejidos que soportan a los dientes en la boca y gingivitis, una inflamación en las encías, además de las caries, uno de los problemas más comunes en la sociedad y que puede conllevar a la pérdida de dientes naturales. Sin mencionar los problemas estéticos que esto conlleva.
Los procedimientos por medio de los cuales se realiza una limpieza son muy variados y dependen de los equipos ocupados y los conocimientos del dentista. Algunos de estos métodos son el raspado, pulimento dental, microabrasión, aparatos de ultrasonido y otros dispositivos dentales.
Es importante la realización cada cierto tiempo de una limpieza profesional, pues “el uso de un cepillo de dientes (…) no es sinónimo de una gran calidad de la higiene bucodental, dado que el cepillo tienen un acceso muy limitado a las amplias superficies proximales de los molares y premolares.” (Vía EMS) Por lo que los cuidados personales junto con los desarrollados por un dentista se traducen en una buena salud bucal.
La Dra. Loreto Abusleme, Cirujano Dentista de la Universidad de Chile, señala que “establecer una norma de cada cuánto tiempo se debe realizar una limpieza bucal es complicado, porque cada paciente presenta una condición que le es propia y que debe ser evaluada por el odontólogo para establecer un diagnóstico.”
La recomendación va dirigida a realizar visitas periódicas al odontólogo, por lo menos dos veces al año o con la frecuencia que él le indique según el riesgo que se presente. Con este simple consejo, se puede ahorrar dinero de otros tratamientos asociados a padecimientos causados por una mala higiene dental; además, al contrario de lo que algunos piensan, este procedimiento no debiera ser doloroso.
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