Equipo SaludActual
Si usted padece de un intenso dolor ocular, dificultad en la visión, enrojecimiento del ojo, lagrimeo y/o hipersensibilidad a la luz, lo más seguro es que la Queratitis lo esté afectando.
La Queratitis, también llamada Úlcera Corneal, corresponde a la inflamación de la córnea, aquella membrana transparente que constituye la parte anterior del globo ocular. Existen personas más propensas a padecer esta enfermedad y puede durar varias semanas, o en algunos casos ser bastante resistente a los tratamientos.
La enfermedad se origina a partir de un virus del herpes, que infecta la conjuntiva y luego va involucrando a todas las capas de la córnea. Si bien, este virus es el principal causante de la Queratitis, también puede ser producida por bacterias, hongos, parásitos y amebas. Estos casos se producen cuando se infecta alguna erosión ocular o algún rasmillón, por ejemplo.
La población más afectada por esta dolencia son los usuarios de lentes de contacto. Si bien son muy seguros, algunas situaciones presentan riesgo, como el uso prolongado, no sacárselos para dormir, prescindir de lágrimas artificiales y descuidar la higiene. Las recomendaciones al respecto llaman, principalmente, a una prolija limpieza y a un correcto almacenamiento.
Existen otros grupos de riesgo, como las personas que están expuestas a rayos ultravioletas, lámparas solares o arcos de soldadura, quienes están más propensos a padecer Queratitis Punteada Superficial. Este es un tipo de inflamación que produce pérdida diseminada y finalmente punteada del tejido celular de la superficie de la córnea. Cuando afecta a las partes internas de la córnea se le llama Queratitis Profunda.
En el caso de los recién nacidos que presentan una complicación tardía de sífilis congénita, tienen mayor posibilidad de contraer Queratitis Intersticial o Parenquimatosa, infiltración crónica no ulcerosa de las capas profundas de la cornea con inflamación uveal.
En otras circunstancias, cuando las alteraciones del sistema inmunitario afectan el colágeno -produciendo las enfermedades vasculares del colágeno activas–, la posibilidad de adquirir Queratitis Ulcerosa Periférica o Marginal aumenta. Ésta se refiere a la inflamación y ulceración corneal periférica.
La Queratitis Traumática puede afectar a cualquier persona, ya que es producida tras sufrir cualquier lesión ocular. El tratamiento para su cura puede ir desde los antihistamínicos, pasando por los antiinflamatorios y los colirios antibióticos, hasta los corticoides tópicos. Todo dependerá de la causa que la esté provocando.
Si bien esta dolencia no se puede prevenir, aquí algunas recomendaciones:
Ante la sensación de ojo seco, probar con lágrimas artificiales. La sequedad puede provocar lesiones en la córnea.
Ante la sensación de mucha luz, no desprenderse de las gafas.
Ante algún traumatismo o lesión que pudiera infectarse, acudir rápidamente a un especialista.
Pedir la atención a tiempo de un oftalmólogo es clave, ya que si la infección es severa, la Queratitis puede llevar a daños permanentes en la vista. Aunque, en la generalidad de los casos, la mejoría se produce sin causar mayores consecuencias.
María José Gamonal
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